A pesar de que por casi 100 años se han producido materiales audiovisuales (cortometrajes, mediometrajes y largometrajes) en Colombia, aún se encuentran algunas falencias en la producción audiovisual y en la construcción de historias y de personajes que conforman este material artístico.
En 1915 se realizó el primer largometraje en Colombia llamado “El Drama del 15 de Octubre” dirigido por Vincenzo di Domenico. A partir de este documental, muchos realizadores nacionales se fueron aventurando en el mundo del cine, produciendo en su gran mayoría películas que correspondían los géneros de ficción y documental. Uno de los años donde más hubo producciones de largometrajes nacionales fue en el año de 1986, con un total de 14 películas. Algunas de las producciones que se dieron a conocer en este año fueron “A La Salida Nos Vemos” de Carlos Palau, “A La Boda Del Acordeonista” de Luis Fernando “Pacho” Botía, “De Mujer a Mujer” de Mauricui Walerstein y “Ceremonia del Benkuna” de Jaime Osorio Gómez y Mauricio Pardo. Sin embargo, en el presente año se han estrenado 34 largometrajes, convirtiendo así al 2012 como el mejor año de la cinematografía colombiana.
Para muchos no es un secreto que hoy en día es cada vez más fácil hacer cine, pues las posibilidades financieras que se presentan (gracias a la ayuda que presta el Fondo para El Desarrollo Cinematográfico (FDC) (ver mas) y a partir de la creación de la Ley del Cine) son cada vez mayores. Sin embargo todavía hay mucho por aprender. Algunos de los errores comunes que se tienen a la hora de hacer cine en Colombia son, según Iván Sierra, realizador audiovisual y guionista de la Universidad Nacional de Colombia y profesor de la Universidad de La Sabana, la falta de trabajo en equipo; “acá a la gente le cuesta mucho comunicarse y decir exactamente lo que quiere decir y que los demás entiendan, y en el cine la comunicación es básica, entonces estas cosas hacen que todo el proceso de hacer una película sea tortuoso y a veces no llega a buenos términos” (ver más).
Otro error común que se presenta en las producciones audiovisuales nacionales es que no es adecuada la construcción de los personajes que hacen parte de las historias. Cuando a uno de los personajes de la historia le pasa algo o se encuentra en una situación específica, es ideal que espectadores se involucren con el personaje y generen algún criterio (ya sea bueno o malo) sobre el personaje. Es de suma importancia que el guionista y el director logren que sus personajes se identifiquen y se hagan querer por los espectadores pues sólo así la historia se volverá más entretenida para el espectador y logrará satisfacer sus expectativas.
Si bien el cine colombiano a mejorado bastante en cuanto al nivel artístico, este aún no a satisfecho la cantidad de visitas que ha tenido en los diferentes múltiplex a nivel nacional. Según un estudio realizado por Proimágenes Colombia, en el año 2011, de los 38 millones de espectadores que fueron a las salas de cine en el país, sólo el 0,83% de los espectadores asistieron a proyecciones nacionales (ver más). Lo anterior puede ocurrir porque las personas se encuentran muy predispuestas a la hora de ir a ver una película colombiana y algunos de sus argumentos para no asistir son que “siempre se habla de la guerra y del narcotráfico” o que “ la calidad de la película es muy mala”, sin embargo, creo que están errados. Hace falta ir a cine para darse cuenta que existen millones de propuestas audiovisuales que no hablan “sobre los temas de siempre”. De las 347 películas que se han producido desde 1915 hasta el 2012, sólo una pequeña porción trata de temas de guerra y violencia, lo que pasa es que son las más taquilleras y por eso la gente tiende mal basar sus argumentos a la hora de no asistir a ver una película colombiana.
Una de las mayores virtudes que a adquirido el cine colombiano en los últimos años es que este ha estado experimentado con diferentes géneros cinematográficos, por ejemplo “El Resquicio”, una película estrenada este año, pertenece al género de terror. Según Enrique Uribe, investigador y asesor del Semillero de Apreciación Cinematográfica de la Universidad de La Sabana, “El cine colombiano está explorando nuevos géneros narrativos lo cual es muy positivo que se intente con nuevos géneros y proposiciones visuales y que no se caiga en el lastimerismo que teníamos antes de hacer unos guiones considerablemente aceptables”. (ver más)
A medida que se hagan más producciones audiovisuales, es seguro que más se va a aprender en cuento a la estética y la técnica audiovisual. La Ley del cine es una buena herramienta que pueden utilizar los realizadores para poder llevar a cabo sus producciones audiovisuales y así contribuir con la cinematografía colombiana. Sólo haciendo largometrajes, mediometrajes y cortometrajes, los nuevos realizadores podrán aprender de los errores que cometieron los pioneros y van a poder innovar y hacer nuevas propuestas a la hora de realizar un producto audiovisual.
Por último es importante que la gente asista a cine independientemente de que sea colombiano o no, sólo así podrán fundamentar bien sus argumentos a la hora de ir a cine y podrán disfrutar cada vez más de este arte. El estado del cine colombiano hoy en día se encuentra en la adolescencia. Todavía hay muchos caminos por recorrer y nuevos realizadores por proponer e innovar.